El primer día de competición se presentaron los pesos ligeros y medios en un pabellón con tan solo dos tatamis. La gran cantidad de competidoras, sobre todo en los pesos medios, hizo que la competición se alargara hasta casi un total de once horas interrumpidas de combates.

Los más madrugadores, los pesos bajos –48kg. y -52kg., la primera en salir al tatami fue Vanesa Arenas, nuestra tercera de Europa actual. No tuvo su mejor día al perder en el primer y único combate ante una desconocida polaca, Ewa Konieczny, que supo mantener un koka por sanción a la española. La polaca perdió en la segunda ronda, acabando todas las opciones de la madrileña.
En esa misma categoría cabe destacar la excelente actuación de la vasca Oiana Blanco. La lesión en su mano derecha sufrida en un entrenamiento la semana anterior, no le impidió vencer sin problemas en su primer combate a la canadiense Latulippe, por ippon a falta de poco más de un minuto para el final del combate. El segundo encuentro y decisivo fue contra la rusa Samoilova, que finalmente acabaría tercera. El combate fue muy igualado... tanto que, al llegar a la técnica de oro, solo una decisión poco acertada del arbitro central, le dio la victoria a la rusa.
Ya en la repesca, ganó por dos waza-aris en menos de dos minutos a la búlgara Nikolina. En segundas rondas se impuso muy inteligentemente a la actual campeona de Europa, la italiana Valentina Mosca. Oiana impuso casi el mismo juego que le gusta a la italiana, sin parar de entrar y llevar un ritmo frenético. Esta vez las entradas de la española mucho más consistentes y con un dominio de los agarres le dieron un koka, permitiéndole seguir luchando. En el siguiente combate ante la israelita Ron Schawarcz, se impuso sin problemas en apenas dos minutos por yuko e ippon. Oiana ya estaba por la lucha de medallas. El combate por el tercer puesto la enfrentó a una portuguesa muy motivada y visiblemente afectada por la falta del que había sido su entrenador en la selección durante más de diez años, Antonio Matias (hombre muy querido por todo el mundo del judo, y del que muchas del equipo español notan y sienten su ausencia, D.E.P.) Salió a por todas y quizás con una fuerza extra, y se impuso ante la española, que se resentía con una mano totalmente hinchada, a falta de dos minutos de combate, por dos contundentes waza-aris.

En la categoría de -52 kg, con tan solo una representante española, Ana Carrascosa, quien no pudo repetir los resultados de sus cuatro ultimas competiciones internacionales con cuatro finales consecutivas. Se tuvo que conformar con el amargo quinto puesto, tras perder con las dos representantes alemanas en la disputa por las medallas. A pesar de ello la valenciana realizó una muy buena actuación, asentando el saber estar que le está proporcionando tantos éxitos. En el primer combate se impuso ante la inglesa Johnstone con un marcador de waza-ari, yuko y koka a favor de la española. La inglesa con un peligroso judo suelo, se vio desbordada, y Ana dominó todo el combate marcando su ritmo. La española hizo lo mismo en sus dos siguientes combates. El segundo fue ante la armenia Hakobyan, con la cual supo mantener la sanción de un koka de ventaja que le permitió imponerse ante una oponente muy rocosa. Y en el tercero ante la brasileña nacionalizada austriaca Hukuda Strubreiter, con la que supo mantener todo el combate la ventaja de waza-ari. En la disputa por las medallas las alemanas fueron sus verdugos; Tarangul en semifinales que se imponía, tras un despiste de ana en el borde del tatami, marcándole un waza-ari de uchi mata, con el combate en contra, otra nueva acción en la línea de kata guruma, no le dejo disputar la que hubiese sido su quinta final. Ya en el tercer puesto, Kraeh ganó a la española por un yuko a mitad de combate que no pudo remontar.

En -57 kg no hubo representación española.

En la categoría de -63 Kg, Sara Álvarez volvió a hacer gala de su envidiable currículo, demostrando que todavía tiene mucho que decir y mostrándose intratable en todos sus combates. El primero fue ante la alemana Steinmetz, a la que se impuso por dos waza-aris pasando apenas los dos minutos de combate. De la misma forma, aunque en tan solo quince segundos, se deshizo de la polaca Rainczuk. En cuartos se enfrentó a la finlandesa Ylinen, imponiendo su ritmo todo el combate; marcó la ventaja de yuko y, finalmente, con una rival impotente ante la superioridad de la española, venció con un contundente ippon de kuchiki taoshi. En semifinales se enfrentó a la holandesa Willeboordse, Sara probó suerte otra vez con el kuchiki taoshi pero en esta ocasión solo marcó waza-ari; esto le dio la oportunidad a Willeboorse, a menos de dos minutos de combate, de volver las tornas con un imponente ippon de ouchi gari, que cerró las puertas a Sara de llegar a la final. Ya en el tercer puesto, se impuso con comodidad a la alemana Ahrens, por un ippon de harai goshi al quedar ésta de rodillas. Obteniendo así con una merecidísima medalla de bronce.
Por su parte, en la misma categoría, la valenciana África Gutiérrez no pudo rematar la faena y tras cinco combates solo logró alcanzar el séptimo puesto. En el primer encuentro se enfrentó a la belga Verheeke, a la que ganó con un espectacular ippon de okuri ashi barai al minuto y medio de empezar. En el segundo combate, la suiza Robra paró los pies a la española, que tras un disputado y muy igualado combate, ya en la técnica de oro, en la que la África tuvo un par de opciones de marcar, fue la suiza quien se impuso con un ippon de ouchi gari. En la primera ronda de repesca hizo con la ucraniana Chepurina, en los primeros compases del combate África marcó un koka, de contra de harai goshi, para, ya entrado el minuto dos, marcar otro ippon de contra de o soto gari, dando paso a la siguiente ronda. El combate fue con la rusa Koval, el dominio de los agarres por parte de la española le dieron la ventaja de una sanción por el minuto y medio de combate, sucediéndose la lucha por los agarres. África realizó un sode a la solapa que le valió un yuko, aprovechando el desconcierto de la rusa, en plena línea consiguió desencadenar el sankaku que le dio la victoria final por abandono de la oponente. En el quinto y último combate se le cerraron las puertas para la lucha por la medalla, que se hubiese disputado entre las dos españolas, tras ser vencida por una mala estrategia y dos waza-aris de kata guruma de la alemana Ahrens.

En nuestra categoría reina, la de -70kg, no pudimos disfrutar las dos heroínas. Solo una de ellas nos deleito esta vez con un judo, y una fortaleza espléndida. La madrileña afincada en Alicante, Cecilia Blanco, logró subirse una vez más a lo más alto del podium, merecida recompensa, tras hacer una competición sin errores, e imponiéndose ante todas sus rivales por la pena máxima. Ya desde el calentamiento se veía a Ceci muy centrada, sin nada que perder tras la gran actuación de su compañera Leire el año pasado. La española salió a hacer su trabajo, y vaya si lo hizo, intratable e imparable se impuso por ippon de kata guruma en todos sus combates, con ayuda de algún waza-ari de harai goshi: primero ante la serbia Cupovic, segundo ante la siempre peligrosa, sobre todo en suelo, la belga Jacques, y, ya en semifinales, ante la alemana Boehm. La final fue ante la holandesa Bosch, pero no se disputó debido a una lesión de ésta, devolviéndole así la pelota, pues que en la final de la World Cup de Dinamarca le ocurrió lo mismo con nuestra otra española. Merecidísima medalla de oro, que pone de manifiesto la supremacía del judo español en este peso, con nuestras dos judokas dentro de las 8 primeras del ranking mundial.
Por su parte Leire no tuvo un buen día, la vasca se encontró cansada en todo momento en el tatami, y no se le vio la contundencia y resolución a la que nos tiene acostumbrados. Luchó y lo intentó, pero los problemas físicos no le dejaron sacar lo mejor de sí misma. Tras imponerse a la turca con un marcador completo de un koka, un yuko, un waza-ari y, finalmente, un ippon a falta de un minuto y medio. Fue la rusa Kuzina la que cerró las puertas a la semifinal, al “encontrarse” con un ippon de sumi gaesi, cuando simultáneamente Leire le hacia un morote gari. El impulso que llevaba le hizo rodar por el lado, dando los árbitros ippon para la rusa. En la primera ronda de repesca se impuso ante la croata Marijanovic, por dos yukos, la croata no podía hacer nada ante la española, que, a pesar no vérsele cómoda, se impuso con claridad. Ya en la segunda ronda, de nuevo otra alemana volvió a cortar el paso a nuestras representantes, esta vez Thiele, se impuso en la técnica de oro, por un yuko, cerrando así la actuación de nuestra representante con un séptimo puesto. Seguro que la veremos dar guerra en las próximas competiciones.

En -78 kg, con una Esther San Miguel recuperándose de la lesión, Raquel tenía la oportunidad de imponerse, pero esta vez tampoco pudo ser. Un durísimo combate con la cubana nacionalizada portuguesa Ramírez, en el cual la española empezó a perdiendo por un waza-ari en los primeros compases del combate, y pasándose todo el tiempo luchando por remontarlo. Al final lo consiguió y a partir de entonces la cubana solo se dedicó a recular incluso en la técnica de oro, donde, hasta el segundo minuto, con la misma tónica de la española atacando y la portuguesa reculando, tuvo que ser el árbitro de mesa, quien reunió al trío arbitral, ya que no se atrevían a hacer lo que todo el mundo veía claro. Finalmente shido y combate para la española, que pudo remontar lo más difícil. El segundo encuentro fue con la rusa Moskalyuk, que derrotó a nuestra competidora con una inmovilización en combinación con juji gatame. Quizá la madrileña notó el desgaste del primer combate y con sus graves lesiones sufridas en los codos anteriormente no tuvo muchas opciones. En el primer combate de repesca se impuso con un contundente ippon de harai goshi ante la durísima ucraniana Smal. Y ya con la lucha por la medalla casi en su mano, no pudo superar a la holandesa Zwiers, que, a pesar de ir cojeando, no tuvo problemas para marcar un ippon a la española y dejarle fuera de la lucha por la medalla.

La RFEJYDA no llevó representante en la categoría de pesados.


 
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