Subcampeón del mundo y campeón de Europa, Quino fue durante años el referente de muchos de los judokas españoles, entre los que se cuentan los dos que representarán a España en Beijing. Después de un duro randori con la campeona olímpica Almudena Muñoz, nos sentamos con Joaquín Ruiz, para charlar con él sobre su trabajo, su forma de vivir el judo, y sobre las opciones de nuestros chicos en Beijing.



¿Desde cuándo practicas judo?
Desde los 15 años y tengo 50, saca cuentas.
¿Cómo empezaste?
Empecé en el colegio San Estanislao de Costa, entonces era uno de esos pocos colegios donde practicaban judo. Y desde entonces ya no lo dejé.
¿Qué grado tienes?
Soy 7º Dan.
¿Desde cuándo formas parte del equipo técnico español?
Desde hace siete años exactamente, después de las Olimpiadas de Sydney. La primera Olimpiada que hice como entrenador fue la de Atenas y ya llevaba tres años trabajando con el equipo nacional.
¿Cuál es tu función dentro del equipo?
La de entrenador del equipo nacional junto con Macario García. Formamos un equipo de cuatro entrenadores, dos de chicas y dos de chicos, y yo pertenezco al equipo de los chicos junto con Macario.
Además del trabajo en la Federación, ¿a qué te dedicas?
Soy profesor de judo. Tengo un gimnasio en Brunete (Madrid), una escuela muy grande y muy buena. Estoy muy contento de estar ahí trabajando porque es mi pueblo, es el pueblo donde vivo, y allí formo a mis judokas. De allí he sacado al judoka que va a los Juegos Olímpicos, David Alarza, es alumno mío desde que era pequeñajo.
¿Cómo entrenador cuál es el objetivo para Beijing?
El objetivo siempre es sacar medalla. Hacerlo lo mejor posible y si podemos sacar una medalla pues… Yo creo que todos los que van tienen opciones a sacar medalla; todos son medallas europeas, medallas mundiales y medallas olímpicas como en el caso de Isabel, que yo creo que es un poco nuestro buque insignia y la referencia de todos ahora mismo por lo campeona que es y como persona… en todos los sentidos. Y yo creo que todos tienen una opción de medalla. Lo único es que ya sabes que en este deporte las medallas se venden carísimas, está muy complicado. No nos enfrentamos a tiempos, a marcas… sino a personas que piensan y que en cualquier momento improvisan y te pueden liar una. Esta es la complicación del judo y la grandeza.
Háblanos un poco de los chicos que van a Pekín. ¿Cómo ves a Óscar de cara a los juegos?
Óscar y David son dos personas, como te vuelvo a decir, con claras opciones de poder sacar una medalla olímpica. Puede ocurrir que pierdan en el primer combate, porque eso le puede ocurrir al campeón olímpico y al campeón del mundo, pero también puede ocurrir que saquen una medalla. Yo creo que las espadas están en todo lo alto, cualquiera de los dos para mi puede sacar un buen resultado.
A Óscar yo le veo muy serio, muy centrado, muy responsable y con muchas ganas de sacar una medalla, porque digamos que es la última competición a este nivel que Óscar va a realizar y yo creo que eso le va a hacer que vaya con muchas ganas, muy motivado y que siempre ha estado ahí rozando… quedó quinto en la Olimpiada anterior. Óscar es una persona que puede ganar a cualquiera y de hecho lo ha demostrado. Teniendo un buen día, teniendo la cabeza bien amueblada, que siempre la tiene, puede hacer un buen papelón.
¿y David?
David es muy parecido a Óscar. Es capaz de hacer lo mejor y, no voy a decir lo peor, pero sí a veces, por falta de concentración o por falta de motivación, no hacerlo a la altura que se espera siempre de él. Pero David es un gran campeón, también ha ganado a los mejores (a los mejores es a todos), y yo creo que tiene muchas opciones.
Los dos que van son grandísimos competidores, cualquiera de los dos puede conseguir algo.
Volviendo un poco al pasado, ¿dónde prefieres estar: en el tatami o en la silla?
Cuando yo estaba compitiendo siempre buscaba una referencia, que en este caso era Macario, que era mi entrenador; simplemente por el hecho de estar ahí, como mínimo te tranquiliza. Aunque tú eres el que estás ahí sacándote las castañas del fuego y toreando, como se dice, tienes una referencia fiable, en la que tú confías, es un apoyo. A lo mejor no es un tanto por ciento muy elevado, porque el que tiene que estar ahí compitiendo eres tu, pero sí que te trasmite tranquilidad. Y, a veces, producto de los nervios, nosotros no vemos cosas que desde la silla sí que se ven y le podemos hacer alguna indicación para que él reaccione o para que él, en un momento dado, vea que está equivocándose en la forma de hacer. Y yo creo que ese es al apoyo principal que tenemos que tener los entrenadores que estamos sentados ahí en la silla. Sufrimos muchísimo, te puedo decir que esa noche, después de una competición, apenas puedo dormir, estoy con tics, con un estado de nervios que me supera. Y es porque yo lo paso mal. Nosotros queremos siempre que ellos ganen. Nos sentamos ahí, vemos que a veces cometen errores, pero claro, los toros se ven muy bien desde la barrera, como se dice, y es muy complicado cuando estás ahí dentro.
Pero en el caso de David y Óscar son dos personas con la cabeza muy fría, muy asentada, y yo creo que ellos, aunque nos miran, y aunque saben que nosotros estamos ahí apoyando, y que queremos que ganen, ellos saben muy bien desde el principio lo que tienen que hacer, estudian muy bien, son dos personas muy estudiosas de sus contrincantes, saben muy bien cómo planificar un combate, cómo plantear un combate; y nosotros estamos para si se les olvida cualquier cosa, darles ese apoyo.

Muchas gracias Quino.
Gracias a vosotros

Entrevista de Osotogabi



 
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